Luna llena

Cuando abrí mi galleta de la suerte nunca pensé que mi fortuna se haría realidad.  En ese tiempo no salía con nadie y cuando leí "La próxima luna llena traerá una velada encantadora" me imaginé sentada en la sala viendo una película con mis amigas la próxima luna llena. Poco sabía que mi vida cambiaría por completo dos semanas después.

  

La primera vez que nos vimos fue un viernes; Aaron salió corriendo detrás de mi para pedir mi número y me alcanzó en el estacionamiento. Llamó el miercóles siguiente para invitarme a salir y nuestra primera cita fue exactamente una semana después habernos visto por primera vez.

Pasó por mi a la escuela, fuimos a comer, al cine y a su casa. Cuando era hora de irme se ofreció a llevarme, aunque mi casa quedaba a 45 minutos de la suya, porque quería pasar más tiempo conmigo. En realidad ninguno de los dos quería que ese momento terminara. Todo el día había estado lloviendo y la noche no fue la excepción, pero por alguna razón el cielo se despejó en el camino y cuando alcé la mirada vi la gran luna llena. Con incredulidad me di cuenta como las piezas del rompecabezas se iban poniendo en órden y cómo mis sueños se iban haciendo realidad. Cuando me dejó en la puerta de mi casa me invitó a salir con el al siguiente día y al darme la vuelta para abrir la puerta él se fue gritando "adiós familia". 

Nos casamos el 30 de marzo de 2007 en el templo de Salt Lake City, donde las familias se vuelven eternas y ahora estamos juntos para siempre.